El Vaticano está “dolorido” por la expulsión del nuncio papal en Nicaragua

CIUDAD DE MÉXICO (AP) – El Vaticano expresó el sábado “sorpresa y dolor” por la expulsión del nuncio papal de Nicaragua, que se produce en un momento de creciente presión sobre figuras de la oposición en la nación centroamericana.

La Iglesia dijo en un comunicado que la acción de Nicaragua contra el monseñor polaco Waldemar Stanislaw Sommertag era “grave e injustificada.”

La Iglesia dijo que la acción era “incomprensible” porque Sommertag “ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense”, al tiempo que “siempre ha buscado promover las buenas relaciones” entre el Vaticano y las autoridades nicaragüenses.

Señaló que había actuado como testigo formal durante las conversaciones del gobierno con la oposición.

La oficina del Vaticano en la capital nicaragüense, Managua, anunció el lunes que Sommertag había abandonado el país el 6 de marzo, aunque no dijo el motivo. Su lugar fue ocupado por el encargado de negocios, Monseñor Marcel Mbaye Diouf.

El gobierno no ha hecho ninguna declaración sobre la salida del nuncio.

Sommertag llegó a Managua en 2018 en medio de una ola de protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega. Al menos 328 personas murieron, 2.000 resultaron heridas, cientos fueron detenidas y 88.000 huyeron al exilio, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Ortega había tratado de mantener relaciones cordiales con la Iglesia Católica Romana en los años anteriores a las protestas, pero esos lazos se fueron agriando cada vez más después.

El nuncio participó en los esfuerzos para mediar en el conflicto y conseguir la liberación de los opositores detenidos.

A finales del año pasado, los familiares de 46 opositores detenidos pidieron a Sommertag que intercediera ante Ortega, aunque no se consiguió nada.

En una entrevista de noviembre con The Associated Press, Sommertag dijo que su oficina no había recibido una solicitud formal para intervenir, pero dijo que había trabajado “a favor de los más vulnerables, entre los detenidos de todas las categorías, incluyendo los políticos.”

“Creo que la intercesión es más que justa y necesaria…”, dijo. “Pero al final, sabemos muy bien que las cosas dependen del gobierno”.

El gobierno de Ortega intensificó la represión contra los líderes de la oposición antes de las elecciones presidenciales del año pasado, deteniendo a posibles candidatos contra él, así como a varias docenas de destacados periodistas, líderes de organizaciones no gubernamentales y otros críticos.

El viernes, un juez condenó a la periodista Cristiana Chamorro, una potencial aspirante a la presidencia e hija de la ex presidenta Violeta Chamorro -que había derrotado a Ortega en las elecciones de 1990- por lavado de dinero y otros delitos.

El sitio de noticias Confidencial, dirigido por el hermano de Cristiana Chamorro, Carlos Fernando Chamorro, informó que ella, dos miembros de la fundación de su madre, un conductor, así como un ex legislador y otro hermano de Chamorro, Pedro Joaquín Chamorro, fueron condenados el viernes al término de un juicio de siete días.

Ortega ha atacado a las organizaciones no gubernamentales en Nicaragua, cortando su financiación extranjera, confiscando sus oficinas y cancelando sus estatutos. Ha alegado que trabajaban con intereses extranjeros que querían verlo destituido.

Cristiana Chamorro, de 68 años, había sido anteriormente directora de La Prensa, el mayor periódico de Nicaragua. Su padre, Pedro Joaquín Chamorro, había sido su director hasta su asesinato en 1978.

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