DENVER (AP) – El sospechoso acusado de entrar en una discoteca gay de Colorado vestido con chaleco antibalas y abrir fuego con un rifle AR-15, matando a cinco personas e hiriendo a otras 17, tiene previsto comparecer de nuevo ante el tribunal el martes para conocer los cargos que presentará la fiscalía por el ataque, incluidos posibles delitos de odio.
Los investigadores afirman que Anderson Lee Aldrich entró en el Club Q, un santuario para la comunidad LGBTQ en la ciudad de Colorado Springs, mayoritariamente conservadora, justo antes de la medianoche del 19 de noviembre y comenzó a disparar durante la celebración del cumpleaños de una drag queen. La matanza se detuvo después de que los clientes forcejearan con el sospechoso en el suelo, golpeando a Aldrich hasta la sumisión, dijeron.
Aldrich, que no es binario y utiliza los pronombres ellos/ellos según los documentos judiciales de la defensa, fue detenido en el club por la policía y retenido como sospechoso de asesinato y delitos de odio mientras el fiscal del distrito Michael Allen determinaba qué cargos presentar contra ellos. Allen ha señalado que los cargos de asesinato conllevarían la pena más dura -probablemente cadena perpetua- y que acusar a Aldrich de delitos motivados por prejuicios no conllevaría un castigo más severo.
Pero en una rueda de prensa celebrada el 21 de noviembre, Allen sí dijo que, si había pruebas que respaldaran los delitos motivados por prejuicios, seguía siendo importante perseguirlos para enviar el mensaje de “que apoyamos a las comunidades que han sido difamadas, acosadas, intimidadas y maltratadas.”
Según los testigos, Aldrich disparó primero contra las personas reunidas en el bar del club antes de rociar con balas la pista de baile durante el ataque, que se produjo en la víspera de un día anual en recuerdo de las personas transgénero víctimas de la violencia.
Más de un año antes del tiroteo, Aldrich fue detenido acusado de realizar una amenaza de bomba que provocó la evacuación de unas 10 viviendas. Aldrich amenazó con hacer daño a su propia familia con una bomba de fabricación casera, munición y múltiples armas, según dijeron entonces las autoridades. Aldrich ingresó en prisión como sospechoso de un delito grave de amenaza y secuestro, pero al parecer el caso se archivó posteriormente y no está claro qué pasó con los cargos. No hay indicios públicos de que el caso condujera a una condena.
El vídeo del timbre obtenido por la AP muestra a Aldrich llegando a la puerta de su madre con una gran bolsa negra, diciéndole que la policía estaba cerca y añadiendo: “Aquí es donde me encuentro. Hoy muero”.