El primer ministro español en Marruecos para arreglar los lazos tras el cambio del Sahara Occidental

RABAT, Marruecos (AP) – El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunirá el jueves con el rey marroquí, Mohamed VI, durante una visita de dos días a Rabat que pretende marcar un alivio de las tensiones diplomáticas centradas en la disputada región marroquí del Sahara Occidental.

El Rey invitará a Sánchez y a su familia a compartir la comida del Iftar para romper el ayuno del día durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, según un funcionario del gobierno español no autorizado a ser nombrado en los medios de comunicación.

El gobierno español califica la reunión como una oportunidad para abrir una “nueva etapa” en los vínculos con Marruecos basada en el “respeto mutuo”, pero también para hablar de la “moderación de cualquier acción unilateral para honrar la importancia de todo lo que compartimos y evitar futuras crisis.”

Las relaciones entre los dos países separados por el Estrecho de Gibraltar se resintieron el pasado mes de abril. Marruecos se enfadó porque España permitió que el líder del movimiento independentista del Sáhara Occidental recibiera tratamiento médico para el COVID-19 en un hospital español a petición del vecino de Marruecos, Argelia, aliado de los saharauis independentistas.

Marruecos respondió aflojando sus controles fronterizos en torno al enclave norteafricano español de Ceuta, lo que provocó el cruce no autorizado de miles de jóvenes marroquíes y migrantes de otros países africanos.

El ambiente no mejoró hasta el mes pasado, cuando Sánchez tomó la sorprendente decisión de alterar la antigua posición de España sobre el Sáhara Occidental, una antigua colonia española. En una carta al rey Mohamed, Sánchez respaldó el plan de Marruecos de dar más autonomía al Sáhara Occidental siempre que siga estando indiscutiblemente bajo control marroquí.

El líder español calificó la propuesta de Rabat como “la iniciativa más seria, realista y creíble” para resolver la disputa de décadas sobre el vasto territorio -que es en gran parte estéril, pero rico en fosfatos y con fértiles caladeros en el Océano Atlántico- que Marruecos se anexionó en 1976.

Marruecos, por su parte, devolvió a su embajadora a España 10 meses después de que fuera retirada.

Marruecos busca ahora garantías de que el apoyo de España a la propuesta de autonomía es un cambio estratégico en su política exterior. El rey Mohammed dijo el año pasado que su país no firmará ninguna asociación económica con países que se opongan a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

La importancia estratégica de Marruecos para España ha crecido en la última década. Rabat se considera fundamental tanto en la lucha contra los grupos radicales yihadistas como en la contención del creciente número de inmigrantes africanos que quieren llegar a Europa huyendo de la violencia y la pobreza.

Sánchez y el ministro español de Asuntos Exteriores, José Albares, han insistido en que España sigue apoyando la resolución de la cuestión del Sáhara Occidental mediante un referéndum respaldado por Naciones Unidas.

Pero el esfuerzo por apaciguar a Marruecos le ha valido a Sánchez fuertes críticas tanto en Madrid como en Argel.

Su Partido Socialista no ha recibido el apoyo de ningún otro partido en el parlamento español, ni siquiera el miembro más joven de la coalición de gobierno, por la inclinación hacia Rabat. Sus oponentes políticos acusan a Sánchez de haber traicionado al pueblo saharaui sin obtener nada tangible a cambio de Marruecos. Sánchez ha respondido que ha trabajado pensando en el interés nacional de España. Ahora se le presiona para que muestre resultados reales.

Potencialmente más problemático para Sánchez es el daño a las relaciones con Argelia, que ha retirado a su embajador en España en una señal de su continuo apoyo al movimiento independentista del Sáhara Occidental. España, aunque tiene una dependencia relativamente baja de las importaciones de gas natural en comparación con otros países de la Unión Europea, recibe gas de Argelia a través de un gasoducto y de buques cisterna que transportan gas natural licuado.

Laurence Thieux, profesora de Estudios Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid, se mostró sorprendida por la “escasa consideración de Argelia en la decisión” de España de inclinarse hacia Marruecos en el contencioso del Sahara Occidental.

“Tengo la sensación de que el Gobierno de España, como muchos otros gobiernos europeos, está gestionando crisis que le obligan a tomar decisiones a corto plazo”, dijo Thieux. “Desde la otra orilla (del Mediterráneo) hay un sentido del tiempo diferente porque son gobiernos autoritarios que tienen perspectivas que se extienden más allá de las próximas elecciones”.

___ Joseph Wilson informó desde Barcelona, España

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