El número de muertos en el derrumbe de un edificio en Irán se eleva a al menos 38

DUBAI, Emiratos Árabes Unidos (AP) – El número de muertos en el catastrófico derrumbe de una torre en el suroeste de Irán se elevó a por lo menos 38 el domingo, informó la televisión estatal, mientras los trabajadores de emergencia sacaban otro cuerpo de los escombros en medio de los temores de que aún haya más personas atrapadas en la destrucción.

No está claro cuántas personas más permanecen en paradero desconocido en el derrumbe de la torre, aún en construcción, del edificio Metropol en Abadan hace casi dos semanas. Los socorristas seguían trabajando y las familias seguían esperando noticias de sus seres queridos a pesar de las promesas de que la operación de búsqueda ya habría terminado.

El fallo estructural del edificio en la provincia de Khuzestan, rica en petróleo pero empobrecida, ha centrado la atención pública en las prácticas de construcción de mala calidad y ha provocado acusaciones masivas de corrupción y negligencia por parte del gobierno. Las autoridades han detenido a 13 personas en el marco de una amplia investigación sobre la catástrofe, incluido el alcalde de Abadán, Hossein Hamidpour, que dimitió el pasado viernes.

Los manifestantes se han reunido en señal de duelo en el lugar del derrumbe, denunciando a los altos funcionarios y exigiendo responsabilidades, según los vídeos ampliamente compartidos en las redes sociales y analizados por The Associated Press. Sin embargo, informar sobre los acontecimientos en Abadán sigue siendo extremadamente difícil, ya que se cierne sobre ellos la amenaza de ser arrestados. Las autoridades han interrumpido el acceso a Internet, según los expertos, restringiendo la capacidad de la gente para compartir vídeos e información.

En un esfuerzo por hacer frente a la desconfianza de la población, el presidente Ebrahim Raisi realizó el pasado viernes una visita sorpresa a Abadán, donde inspeccionó el lugar de la catástrofe y ofreció sus condolencias personales a las familias de las víctimas. Durante su viaje, los empresarios presentaron quejas sobre el alcance de la corrupción en el gobierno local, informaron los medios de comunicación estatales.

Raisi prometió que el gobierno “no dudaría en ocuparse de los infractores” y que “vigilaría más de cerca la construcción, especialmente la de edificios altos.”

“Los autores deben saber que el paso del tiempo no les eximirá de su responsabilidad y de rendir cuentas”, dijo.

El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, también se refirió a los sucesos de Abadán durante su discurso televisado en directo el sábado, lo que supone un indicio más de su gravedad.

En su primer discurso fuera de su residencia desde que la pandemia azotó a Irán, Jamenei advirtió de las graves consecuencias para aquellos que violaron las normas y pudieron haber ayudado a causar el desastre en Abadán.

“Los responsables deben ser llevados ante la justicia, su castigo debe servir de lección para otros, y deben evitarse incidentes similares en el futuro”, dijo.

Jamenei también culpó del reciente estallido de las protestas en la inquieta provincia de Juzestán a los “enemigos” de Irán, incluidos los “iraníes traidores” en el extranjero, que, según dijo, intentan perjudicar los intereses del país mediante “la guerra psicológica y las campañas en línea.”

Reza Pahlavi, exiliado en Estados Unidos, hijo mayor del monarca depuesto de Irán antes de la Revolución Islámica de 1979, aprovechó la semana pasada los informes sobre la creciente ira en Abadán para pedir la creación de un “frente unificado contra la República Islámica.”

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