BUENOS AIRES, Argentina (AP) – El ministro de economía de Argentina renunció inesperadamente el sábado, dando un nuevo golpe al gobierno del presidente Alberto Ferández mientras el país lucha con problemas económicos.
Martín Guzmán renunció a su cargo tras una semana en la que la moneda argentina alcanzó un mínimo histórico frente al dólar en medio de una inflación galopante y los camioneros protagonizaron protestas por la escasez de gasoil.
No se anunció inmediatamente ningún sucesor.
“Me dirijo a usted para presentarle mi renuncia como ministro de Economía”, dijo Guzmán en una carta de siete páginas dirigida a Fernández que publicó en Twitter y que puso de manifiesto las batallas internas dentro de la administración.
Para ilustrar las tensiones, Guzmán anunció su renuncia mientras la vicepresidenta Cristina Fernández pronunciaba un discurso de alto nivel en el que arremetió contra la política económica del Gobierno. La vicepresidenta, que no está emparentada con el líder argentino, es ella misma una ex presidenta y la coalición de gobierno se ha dividido entre sus aliados.
La dimisión se produjo al final de una semana de agitación económica.
Con la caída del peso argentino frente al dólar, el gobierno dificultó el martes la adquisición de dólares para pagar las importaciones, ya que la moneda local alcanzó nuevos mínimos en el mercado paralelo utilizado por ciudadanos y empresas para eludir los canales oficiales.
Argentina sufre desde hace años una escasez de dólares, derivada en parte de la desconfianza de los argentinos en su propia moneda en medio de la elevada inflación. La inflación supera el 60% anual y los economistas prevén que siga empeorando.
Los paros de los camioneros han interrumpido la actividad económica, incluida la entrega en los puertos de cereales, que es una de las principales importaciones de Argentina.
El miércoles, el gobierno dijo que estaba tratando de aumentar la disponibilidad de diésel al permitir que se mezclara más biocombustible con el combustible y también al suspender el impuesto a la importación de diésel.
Argentina produce diésel pero no en cantidades suficientes para sus necesidades y depende de las importaciones, con los precios mundiales en alza debido a las interrupciones por la pandemia y la invasión rusa de Ucrania.
Los analistas dicen que una de las razones de la escasez es que a las petroleras no les resulta rentable importar gasóleo porque el Gobierno les impide cobrar lo que cuesta comprarlo en el mercado internacional.
En su carta de renuncia, Guzmán sugirió que al menos parte de su razón para irse fue porque no tenía respaldo político dentro del gobierno.
“Por la experiencia que he vivido”, escribió, “considero que será fundamental trabajar en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante para que la persona que me sustituya tenga el control centralizado de los instrumentos de política macroeconómica necesarios… para enfrentar los retos que se avecinan.”
Guzmán ocupaba su cargo desde el inicio del gobierno de Fernández, el 10 de diciembre de 2019, y fue durante mucho tiempo una de las figuras más destacadas dentro del Gabinete.
Al principio de la administración, fue visto como un aliado incondicional de la presidenta, pero también como alguien que podía ayudar a salvar las divisiones en la a menudo fraccionada coalición de gobierno. En los últimos meses, sin embargo, se enfrentó a algunos funcionarios leales al vicepresidente y su influencia dentro del gobierno parecía estar disminuyendo.
El primer reto de Guzmán en el cargo, y el éxito, fue negociar una reestructuración de la deuda argentina y evitar un impago.
Más tarde llegó a un acuerdo de alivio de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, pero algunos de los elementos más izquierdistas del gobierno dijeron que incluía demasiadas concesiones que obstaculizarían el crecimiento económico de Argentina.
Los legisladores aliados con el vicepresidente votaron en contra del acuerdo con el FMI en el Congreso y la renuncia de Guzmán genera dudas sobre si el país podrá cumplir los términos del acuerdo.
En su carta de renuncia, Guzmán dijo que su principal objetivo al asumir el cargo era “calmar la economía” y para ello era necesario “resolver los problemas de la insostenible deuda externa que agobian al Estado, así como a toda la Argentina.”