PARÍS (AP) – El gobierno del presidente francés Emmanuel Macron dijo el miércoles que utilizará un poder constitucional especial para forzar el proyecto de ley para el presupuesto del próximo año a través de la Asamblea Nacional sin una votación.
Los legisladores de la oposición podrían convocar un voto de censura para protestar por la medida, que algunos han denunciado como antidemocrática.
El anuncio del gobierno era esperado. La alianza centrista de Macron perdió su mayoría parlamentaria en junio, lo que hace mucho más difícil que su gobierno consiga aprobar leyes de forma convencional en la cámara baja del parlamento.
Ante las múltiples enmiendas presupuestarias de la oposición, los funcionarios del gobierno habían advertido que estaban dispuestos a invocar el artículo 49.3 de la Constitución francesa, que permite al primer ministro eludir el parlamento en algunas situaciones, incluyendo las votaciones de los proyectos de ley de presupuestos.
Si el primer ministro tiene éxito, el proyecto de ley de presupuestos pasaría al Senado.
Es poco probable que se apruebe una moción de censura a pesar de la oposición al gobierno, ya que necesitaría la aprobación de al menos 289 legisladores, es decir, la mitad de los escaños de la cámara baja del Parlamento francés. Si algunos grupos de legisladores se abstienen y los aliados de Macron votan en contra, no se podrá alcanzar el umbral.
A pesar de perder su mayoría, la alianza centrista de Macron sigue siendo la que más escaños tiene en la Asamblea Nacional, con 250. Una coalición de izquierdas, Nupes, es la mayor fuerza de la oposición, con 151 escaños.
En julio, los legisladores no aprobaron una moción de censura solicitada por la Nupes para marcar simbólicamente su oposición a las políticas de Macron. Sólo 146 legisladores aprobaron la moción, muy lejos de los 289 necesarios.
El artículo 49.3 se ha utilizado 87 veces desde 1958. Bajo Macron, se utilizó una vez antes, en 2020 durante su primer mandato, para impulsar cambios en las pensiones.
El presupuesto propuesto por Francia, presentado el mes pasado en una reunión del Gabinete, se basa en un crecimiento previsto del 1% el próximo año, por debajo del 2,7% estimado para este año.