QUITO, Ecuador (AP) – El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso levantó el sábado el estado de excepción que había impuesto en seis provincias en medio de una huelga liderada por los indígenas, una medida sorpresiva que se produjo mientras los legisladores de la Asamblea Nacional escuchaban una petición de la oposición para destituirlo.
La decisión de poner fin al estado de excepción se produjo tras una reunión inicial entre funcionarios del gobierno y la mayor organización indígena de Ecuador, que inició la huelga hace dos semanas para exigir la reducción de los precios de la gasolina, el control de los precios de los productos agrícolas y un mayor presupuesto para la educación. Lasso había acusado al líder indígena que encabezaba la huelga, a veces violenta, de querer dar un golpe de Estado.
Tras la reunión del sábado, el presidente de la Asamblea Nacional, Virgilio Saquicela, dijo que se formaría una comisión para facilitar el diálogo para poner fin a la huelga.
“El gobierno nacional ratifica la voluntad de garantizar la creación de espacios de paz, en los que los ecuatorianos puedan reanudar paulatinamente sus actividades”, dice un comunicado en el que se anuncia el decreto para poner fin al estado de excepción.
La reunión se realizó en la iglesia de la Basílica, en el centro colonial de Quito, y contó con la presencia del presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Leonidas Iza, otros líderes sociales, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, y el canciller Juan Carlos Holguín, entre otros.
“No ha habido ningún compromiso, sino simplemente una decisión de la (confederación indígena) (…) de consultar a sus bases sobre la designación de una comisión para iniciar este diálogo”, dijo Saquicela, quien agregó que “el Gobierno ha hecho la apertura correspondiente”.
Iza dijo que la huelga no se levantará hasta que se cumplan sus demandas. “En lugar de meternos más miedo, nos han levantado la rebeldía, la dignidad”, dijo.
Iza dijo que los huelguistas descansarán el fin de semana y pidió que se abran corredores en las zonas fronterizas interprovinciales para permitir el paso de alimentos y abastecer a Quito, que enfrenta la escasez de productos agrícolas.
Mientras tanto, en una virtual sesión legislativa, el partido opositor Unión por la Esperanza, vinculado al ex presidente Rafael Correa, pidió la destitución de Lasso. El pedido se basó en el estado de excepción declarado por “graves conmociones internas”, que ya fue levantado.
Se necesitarían los votos de al menos 92 legisladores para destituir a Lasso, mientras que la Unión por la Esperanza sólo tiene 47 escaños.
El jueves, la confederación indígena dijo que un manifestante murió por heridas de perdigones en el pecho y el abdomen mientras protestaba cerca de la Asamblea Nacional en Quito, donde otras 100 personas sufrieron diversas lesiones. La policía tuiteó que los agentes también resultaron heridos por los perdigones.
En Quito, los manifestantes que bloquean las carreteras han paralizado la ciudad y la gente está sufriendo escasez de alimentos y combustible. Grupos de manifestantes han recorrido la ciudad atacando vehículos y civiles y forzando el cierre de negocios, algunos de los cuales fueron saqueados.