Carlos III y el “peso de la historia” de Westminster Hall
LONDRES (AP) – En su primera visita al Parlamento británico como monarca, el rey Carlos III habló de sentir el “peso de la historia que nos rodea” y se refirió a sus “predecesores medievales” mientras se comprometía a seguir los pasos de su difunta madre, la reina Isabel II, y mantener los principios de la monarquía constitucional.
El discurso de Carlos ante los legisladores el lunes es el último acontecimiento histórico que tiene lugar en Westminster Hall, un vasto edificio de 900 años que ha estado en el corazón de la historia de Gran Bretaña durante un milenio.
Es el edificio más antiguo del Parlamento, donde se juzgó a Guy Fawkes y a Carlos I, donde los reyes y reinas celebraron magníficos banquetes medievales y donde se presentaron los discursos ceremoniales a la reina Isabel II durante sus jubileos de plata, oro y diamante. También es el lugar en el que el féretro de Isabel permanecerá expuesto al público a partir del miércoles.
Una mirada a los siglos de historia de Westminster Hall, y a los rituales que dictan la relación entre la monarquía y el gobierno de Gran Bretaña:
WESTMINSTER HALL
Construido por primera vez en 1097, Westminster Hall es la parte más antigua del Palacio medieval de Westminster que aún se conserva en su forma original. La mayor parte de las actuales Casas del Parlamento se construyó tras un incendio en 1834.
El salón, que se cree que es el más grande de Europa en la época medieval, fue el lugar donde se celebraron fastuosos banquetes de coronación de reyes y reinas, desde Ricardo I en el siglo XII hasta Ana Bolena en el siglo XVI.
Más tarde, la sala se utilizó como tribunal para numerosos juicios famosos, incluido el de Carlos I, que fue juzgado allí y condenado por alta traición antes de ser decapitado en 1649.
En un intento de sofocar una creciente lucha de poder entre la corona y el Parlamento, Carlos I intentó arrestar a los legisladores en la Cámara de los Comunes en 1642. Esto desencadenó la Guerra Civil inglesa, que terminó con la abolición temporal de la monarquía y una década de gobierno bajo Oliver Cromwell.
LA CORONA CONTRA EL PARLAMENTO
La deposición y ejecución de Carlos I supuso el inicio del sistema de monarquía constitucional de la Gran Bretaña moderna. En las décadas que siguieron, se establecieron normas para garantizar que el monarca sea un jefe de Estado no partidista y que no pueda hacer leyes sin el consentimiento de un Parlamento elegido democráticamente.
Los monarcas británicos siguen teniendo prohibida la entrada a la Cámara de los Comunes hasta el día de hoy debido a las acciones de Carlos I.
Cada año, el monarca preside las aperturas ceremoniales del Parlamento en la cámara alta no elegida, la Cámara de los Lores. Durante estos actos anuales, un funcionario conocido como Black Rod convoca a los legisladores elegidos de la Cámara de los Comunes a la Cámara de los Lores para que escuchen el discurso del monarca, y tradicionalmente la puerta de los Comunes se cierra de golpe en la cara de Black Rod, un símbolo de la independencia de la Cámara de los Comunes.
Como jefe de Estado, Carlos III, al igual que sus predecesores, reina pero no gobierna. Aparte de nombrar a los nuevos primeros ministros y de la tarea anual de abrir nuevas sesiones del Parlamento, los monarcas se mantienen al margen del protagonismo político y están constitucionalmente obligados a seguir los consejos del gobierno.
Sin embargo, Carlos mantendrá audiencias semanales con la primera ministra Liz Truss, aunque lo que se discute en esas reuniones nunca se hace público.
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