TALLINN, Estonia (AP) – Un tribunal bielorruso abrió el jueves el juicio contra el activista de derechos humanos encarcelado Ales Bialiatski, uno de los galardonados con el Premio Nobel de la Paz 2022.
Bialiatski y otros dos altos cargos del centro de derechos humanos Viasna, fundado por él, se enfrentan a hasta 12 años de prisión si son declarados culpables de financiar protestas antigubernamentales.
Fueron detenidos tras las masivas protestas por las elecciones de 2020, que otorgaron un nuevo mandato al autoritario presidente Alexander Lukashenko. Lukashenko, en el poder desde 1994, ha reprimido a la oposición y ha tomado medidas enérgicas contra los medios de comunicación independientes.
Las protestas de 2020 se prolongaron durante varios meses, la mayor oleada de protestas que ha afectado a Bielorrusia, y las autoridades adoptaron duras medidas. Más de 35.000 personas fueron detenidas y miles golpeadas por la policía.
Los cargos en el juicio están relacionados con el suministro de dinero por parte de Viasna a presos políticos y la ayuda para pagar sus honorarios legales.
“Se trata de un juicio político contra un premio Nobel, que no tiene nada que ver con la ley”, declaró a The Associated Press el abogado de Viasna, Pavel Sapelko.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, preguntado por la reacción del secretario general, Antonio Guterres, al juicio, dijo: “Es un hecho muy preocupante y otro ejemplo de la reducción del espacio que estamos viendo en tantos países para los activistas y defensores de los derechos humanos.”
Bialiatski no pudo asistir a la ceremonia de entrega de los premios Nobel de diciembre; su esposa pronunció un discurso en su nombre. Compartió el premio de la paz con la organización rusa de derechos humanos Memorial y el Centro de Libertades Civiles de Ucrania.
Esta semana, Lukashenko adoptó nuevas medidas represivas al firmar una ley que permite a las autoridades privar de la ciudadanía a los opositores políticos.
La ley, que entrará en vigor seis meses después de su publicación oficial, va dirigida a los ciudadanos condenados por “actividades extremistas” y que vivan fuera del país. Esto privará de la ciudadanía a miles de bielorrusos que huyeron al extranjero, incluida la líder de la oposición Svetlana Tsikhanouskaya, contra quien se ha abierto una causa penal en Bielorrusia.
Mientras prosigue la represión de la disidencia, la cooperación del gobierno de Minsk con Rusia ha hecho temer una implicación más directa en la guerra de la vecina Ucrania.
El Ministerio de Defensa bielorruso dijo el jueves que Rusia está transfiriendo a Bielorrusia personal, armas y equipos militares y especiales para reforzar un grupo militar conjunto.
“Están previstas nuevas actividades de coordinación de combate con las unidades que llegan a los campos de entrenamiento de Bielorrusia”, dijo el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Bielorrusia proporcionó a Rusia una plataforma de lanzamiento para su invasión de Ucrania el pasado mes de febrero. Rusia utiliza territorio bielorruso para lanzar ataques con cohetes contra Ucrania.
El Ministerio de Defensa bielorruso informó de que este mes está previsto un ejercicio de vuelo táctico conjunto con las fuerzas aeroespaciales rusas.
Rusia y Bielorrusia han anunciado un plan para que los aviones bielorrusos puedan transportar cabezas nucleares. Lukashenko declaró que las tripulaciones bielorrusas se están entrenando con Rusia para pilotar estos aviones.
A finales de diciembre, el Ministerio de Defensa bielorruso informó de que Rusia había desplegado 10.200 soldados rusos en el país.